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Menorca, el tesoro del Mediterráneo

UN PARAÍSO NATURAL


Menorca alberga los parajes naturales mejor conservados del Mediterráneo.

 

Menorca fue declarada Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO en 1993, conformándose el Parque Natural de s’Albufera des Grau, l’Illa d’en Colomy el Cap de Favaritx como su núcleo principal. Este parque natural está situado en el término municipal de Maó y ocupa una extensión de 1,947 héctáreas, a las que hay que hay 72 que pertenecen a la albufera i a la que hay que añadir la zona inundable conocida como Es Prat. Se trata de varias charcas, entre las que destacan Cala Morell, la de Sa Torreta y l’Illa d’en Colom cuyo superficie alcanza las 60 hectáreas,

 

La isla es un autentico paraíso natural formado por multitud de barrancos, grutas terrestres, cuevas submarinas, así como especies animales y vegetales únicas en todo el mundo.

 

La fauna de la isla

En Menorca residen gran multitud de diferentes especies como son los pequeños mamíferos, reptiles, insectos y gran variedad de aves. Como mamíferos que viven en total libertad por la isla podemos destacar las martas, hurones, comadrejas, conejos, murciélagos, ratos de campo y erizos. Los reptiles más comunes encontramos la tortuga mediterránea, la lagartija balear y diferentes variedades de serpientes no venenosas. Las aves es el grupo de especies animales con mayor presencia en la isla. Podremos encontrar desde tórtolas, torcaces, palomas salvajes, mirlos, gaviotas, paíños, pardelas y comoranes. En los bosques y sembrados encontramos chochas, reyezuelos, chotacabras, papamoscas, perdices y codornices. En Menorca existe una gran variedad de aves rapaces y carroñeras fácilmente avistables como son los halcones, cernícolas, gavilanes, alimoches y diferentes especies de ágilas, entre muchas otras. Sin duda, Menorca es un destino idílico para los amantes de las aves.

 

La flora menorquina

Existen gran variedad de árboles de hoja caduca autóctones. El más común en la isla es el «ullastrar». Tradicionalmente, los isleños recurrían al acebuche y la encina para obtener madera, ya que son especies adaptadas perfectamente al clima de Menorca, así como algunas variedades de pino, especialmente el pino carrasco.

 

Cerca de las playas, encontrarás sabinas y muchos pinos. Los líquienes tapizan el roqedal y gran número de matorrales espinosos denominados localmente «socarrells» cubren el litoral sometido a fuertes vientos.