2 años ha sido el tiempo que han durado las obras de la variante de Ferreries, una demanda histórica de los menorquines que aportará la ansiada calma a los residentes del municipio de Ferreries y aportará, a su vez, comunicaciones más fáciles, rápidas y seguras.
Durante la inauguración, el director de la empresa mediterránea de Ingeniería, Rodrigo del Pozo, y el jefe de obra de Ferrovial, Jorge Martínez, aportaron los detalles de la infraestructura en cuestión a la ministra de Fomento, Ana Pastor, al presidente de las Illes Balears, José Ramón Bauzá, y demás autoridades políticas (Simón Gornés, José María Rodríguez, Antoni Juaneda, Santiago Tadeo). La obra, que ha costado 21.3 millones de euros, ha sido ejecutada por la UTE formada por la constructora nacional Ferrovial y la empresa menorquina Concesiones y Contratas Illes Balears.
Dos tramos dividen la obra, el primero presenta 1.3 km de longitud y trae consigo una mejora del trazado y la incorporación de un tercer carril para vehículos lentos. El segundo tramo, de 3.5 km, constituye la variante al núcleo urbano de Ferreries. El límite entre ambos tramos lo constituye la rotonda de Cala Galdana que conecta con la variante, la carretera Me-22 hacia Cala Galdana, la actual carretera Me-1, y el camino de S’Enclusa y Algendar.
La infraestructura ha aprobado con buena nota en lo que a integración en el paisaje y calidad de acabados se refiere, no obstante, ha suscitado preocupación a los comerciantes del municipio protagonista. Muchos comerciantes piensan que a nivel económico el desvío será perjudicial para el municipio, pues temen que los turistas «pasen de largo» aprovechando las nuevas comunicaciones. En este sentido, el alcalde, Manuel Monerris, ha señalado que trabajaran para evitar que ello ocurra e insta a que los comerciantes tiren de ingenio para seguir atrayendo a visitantes.