Inconmensurables, imponentes, altivos, majestuosos. Los siete faros de la isla son los vigías de Menorca. En el pasado, la costa menorquina fue testigo de tragedias, pérdidas y naufragios. Sucesos que llevaron a construir los faros que hoy conocemos. Dieron esperanza a esas embarcaciones que perdían su fe en medio del mar mediterráneo. Los faros le ofrecían una salvación. Un destello de luz para salvarse.